Con la llegada del verano y las vacaciones,
la tentación de abandonar las rutinas de ejercicio puede ser fuerte. Sin
embargo, mantener la actividad física durante esta temporada puede tener
beneficios sorprendentes para la salud y el bienestar general.
A pesar de que las comidas tienden a ser
más ligeras durante el verano, también es mayor la tendencia a modificar
horarios, beber más alcohol y consumir preparaciones “rápidas” y calóricas. Por
eso, conservar los niveles de actividad física puede ayudar a contrarrestar
posibles excesos y a mantenerse en forma.
Pero el ejercicio no solo es beneficioso
para mantener la forma física, sino que también contribuye a un mejor descanso
durante las noches de verano. En un período en el que el calor puede dificultar
el sueño, una rutina de ejercicio regular puede facilitar la relajación y
mejorar la calidad del descanso.
Otro motivo para no abandonar el ejercicio
tiene que ver con disfrutar de las actividades de temporada, como la natación,
el surf, el vóley de playa o las caminatas por las sierras. Esta clase de
prácticas “de verano” pueden ayudar a no ver el ejercicio como una obligación,
sino como entretenidos pasatiempos al aire libre.
Por último, es importante destacar que
durante las vacaciones, cuando el descanso y la relajación son prioritarios,
mantener el ejercicio puede ser clave para preservar la salud mental. La
liberación de endorfinas durante el entrenamiento no solo mejora el estado de
ánimo, sino que también ayuda a sentirse revitalizado y mantener una mente
clara y equilibrada.
Más que un simple cuidado físico, el
ejercicio durante las vacaciones es un aliado fundamental para recargar
energías y obtener un completo bienestar.