Cuando hace mucho frío, mantenerse activo puede ser todo un desafío. Sin
embargo, la actividad física es una de las claves para mantenerse saludable.
Por lo que, incluso en invierno, hacer ejercicio puede ayudar a combatir la
"depresión invernal" y elevar los niveles de energía. Además, el
ejercicio estimula el sistema inmunitario, lo que puede ayudar a reducir la
incidencia de resfriados y otras dolencias.
A continuación compartimos una serie de
recomendaciones para aprovechar al máximo el ejercicio durante el invierno:
Vestirse en capas: en invierno es importante usar
varias capas de ropa para poder ir quitándolas a medida que se entra en calor.
Además, es recomendable optar por telas que absorban la humedad y alejen el
sudor del cuerpo. Los materiales aislantes, como las remeras o calzas térmicas
son ideales para combatir el frío.
Proteger las manos, los pies y la cabeza: las
extremidades son más propensas a enfriarse, por lo que es importante utilizar
guantes o dos pares de medias cuando la temperatura lo requiera. Por otro lado,
las gorras de lana y los cuellos pueden ayudar a conservar el calor y evitar
enfermedades.
Mantenerse hidratado: en invierno es más común no
sentir sed durante la práctica de ejercicio. Por eso es importante obligarse a
tomar agua antes, durante y después de ejercitarse para evitar la
deshidratación.
Estar atento a la sensación térmica: algunos días,
la percepción del frío puede ser mayor debido al viento, o incluso dependiendo
de la intensidad de los ejercicios. Cuando la sensación térmica es demasiado
baja, es importante tomar precauciones y optar por actividades bajo techo.
En definitiva, mantenerse activo durante el
invierno puede ser un desafío, pero con las precauciones adecuadas, es posible
disfrutar de los beneficios del ejercicio sin sufrir las bajas temperaturas.
Escuchar al cuerpo, tomar medidas para protegerse del frío y consultar a un
médico antes de iniciar cualquier actividad son elementos clave para disfrutar
de una vida activa y saludable en cualquier época del año.